Los ambulantes toman el centro ante la falta de fiscalización por Semana Santa

Por Fernando González - Olaechea T.A la señora Karen Gonzales se le hizo ayer muy difícil vender las palmas que había armado desde la madrugada debido a las decenas de ambulantes que desbordaron la cuarta cuadra del jirón Áncash, en el centro de la ciudad.Esa fue una de las vías que los vendedores, la mayoría informales, aprovecharon para tomar por tres motivos: la gran masa de gente que visitó las iglesias del Cercado, la poca fiscalización de la Municipalidad de Lima y el cierre de algunas calles alrededor de la Plaza de Armas.En las inmediaciones de la iglesia San Francisco, se vendían desde las tradicionales palmas hasta trozos de piña, fotos con llamas, papeles con mensajes que entregaba un pequeño mono o comidas típicas ofrecidas por carretilleros.Rubén Rodríguez, subgerente de Operaciones de la Municipalidad de Lima, indicó que la comuna dispuso que 500 serenos vigilaran el Cercado. No obstante, dijo ignorar que se vendieran alimentos o productos distintos a las palmas. En un recorrido por las zonas más abarrotadas de comerciantes, entre ellas los jirones Huancavelica y Azángaro, El Comercio no observó a serenos.Si bien a muchos peatones no parecía molestarles la presencia de los comerciantes, sí se quejaron de la basura.Desde tempranas horas podían verse papeles acumulados en la vereda y la pista de la cuadra...

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