Criolladas igualitarias

Por Carlos Adrianzén. Decano de la Facultad de Economía de la UPCLa discusión económica se parece a cualquier otra forma de discusión pública porque trata de temas que nos afectan o interesan a todos. Pero se diferencia porque en economía debemos probar o deducir lo que planteamos. No basta con plantear un objetivo; este debe ser alcanzable y deben existir instrumentos ?y lógica? que permitan alcanzarlo en el período dibujado y sin afectar negativamente el bienestar general. Y es que en toda sociedad los recursos son escasos. Y ?nos guste o no? hay que economizar.Aquí, como en toda discusión, el diagnóstico es clave. Aceptar como válido uno inventado o torpe nos hundirá. Paralelamente, quienes nos cuentan que existen objetivos ?sociales? ?dizque más amplios? que entrarían en conflicto con objetivos ?económicos? ?supuestamente más estrechos? solo hacen gala de manipulación o ignorancia. Los objetivos económicos son siempre sociales. Toda sociedad se desenvuelve enfrentando restricciones culturales, demográficas, económicas, etc. Plantear un diagnóstico que omita cualquiera de estas restricciones (o no plantea nada efectivo para removerlas) nos lleva al error. Ergo, ignorar restricciones económicas elementales ?aun buscando objetivos sociales atractivos? implica la definición académica más ajustada de populismo y de un camino seguro al fracaso. Tengámoslo en claro: toda acción del gobierno que enfoca un plano social (etiquetado en la esfera económica o no) y lo que no respeta restricciones económicas relevantes no es una política social. Solo es otra manifestación de demagogia maquillada. Cuando el gobernante de turno carece de la visión o capacidad para liderar, usualmente este nos refiere a supuestas prioridades sociales. Esta...

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