Inglaterra de los rojos

Por Jerónimo Pimentel. PeriodistaLa liga europea más reñida entre las que vale la pena seguir definió buena parte de su año ayer. Liverpool recibió al Manchester City en Anfield y, para quienes decidieron levantarse el domingo a las 7:30 a.m., el duelo no tuvo desperdicio: dos equipos al ataque trataron de demostrar que eran mejores que el otro. A veces el fútbol es tan simple como eso.El vencedor de la pulseada fue Brendan Rodgers. El técnico del Liverpool ha creado un equipo fuerte y ligero, rápido y desacomplejado, que depende no tanto de la inspiración individual de sus atacantes sino de las combinaciones ofensivas que se originan entre ellos.Un fútbol que es feliz a la contra, pues espera el error para que sus tres flechas, Suárez, Sturridge y Sterling, salgan disparadas en busca de los extremos del campo.El primer gol fue una bella prueba: el uruguayo recuperó en el medio, aguantó dos marcas y la tocó a Sterling, quien recibió en el área; el joven jamaiquino amagó con habilitar a Sturridge, quien llegaba a la carrera por detrás, pero cuando el pase parecía cantado gambeteó hacia su perfil derecho, lo que puso en evidencia a Kompany y a Hart, quienes compraron el engaño como si fueran víctimas de un ejercicio de hipnosis. Antes, estos goles solo los hacían los brasileños.Un cabezazo de Skrtel a córner de Gerrard selló el primer tiempo y definió el curso del segundo.El City, gracias al ingreso de Milner, recuperó la dinámica que perdió con la salida de Yaya Touré, lesionado en los primeros 20 minutos. Él, junto a Silva y Nasri, consiguieron desconcertar a Sakho, el back más inseguro de...

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